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Es un gusto estar aquí en Gijón compartiendo una tradición de mucho tiempo que hemos intentado mantener en estos años tan complicados que hemos vivido. Al final, en la administración local -la que está a pie de obra con los ciudadanos y ciudadanas- no nos queda más remedio que hacer de la necesidad virtud, ponernos a trabajar a pie de calle y sortear esas dificultades con la máxima inteligencia, como hemos intentado hacer estos tres años todos los que estamos aquí. Desde la administración local habéis visto todas las dificultades que se derivaron primero de la crisis sanitaria y ahora de la crisis económica derivada de la invasión de Ucrania por patre de Rusia, de la energía y de todas estas cuestiones que nos afectan a nuestro día a día, que repercuten en nuestros presupuestos y  en nuestras prioridades políticas, y que nos recuerdan la importancia de una política local que sea ágil, que esté atenta y que alcance los objetivos de cobertura, de ser escudo social de los ciudadanos y ciudadanas cuando hay verdaderas dificultades como ha ocurrido estos tres años.

Sin embargo, las cosas nunca vienen solas y vivimos esto en medio de transformaciones muy importantes que afectan al mundo de la energía y de la tecnología. En ciudades que tienen una vocación profundamente innovadora, en todos los aspectos: en el social y el empresarial, como es la ciudad de Avilés, estamos muy atentos a todas esas realidades y a estos cambios disruptivos que también tenemos que saber gobernar, colocar, priorizar y avanzar.

Así que han sido tres años en los que yo creo que la experiencia vital de todos los que nos hemos dedicado a la política local ha crecido enormemente, sin duda alguna, pero queremos otra cosa. Queremos también entrar en un túnel de normalidad y de tranquilidad para poder llevar a cabo esos objetivos anteriores a la crisis que nos contaba Cecilia y que tienen relación con nuestra forma de financiarnos y nuestra forma de participar de los fondos del estado.

También he de decir que en estos tres años hemos contado con la ayuda del escudo social del Gobierno de España que nos ha facilitado desde poder gastar nuestros remanentes hasta ayudar a aquellas familias, personas y empresas que estaban pasando por dificultades.

Hace un año, en el 2022, en Oviedo, brindábamos porque  estábamos ya saliendo de la crisis sanitaria. Y luego vino febrero con la invasión de Rusia a Ucrania. Y luego vino todo lo demás. 

Hoy brindamos porque todos esos cambios nos pillen en un momento de fortaleza, como yo creo que está pasando en Asturias. Estamos abiertos a que toda esa disrupción empresarial y, sobre todo, esa búsqueda de ser autónomos desde el punto de vista energético, nos favorezcan. Y, en ese sentido, yo creo que estamos bien colocados el conjunto de Asturias. Vamos a brindar porque eso nos ayude a contribuir a lograr objetivos como la lucha contra el reto demográfico y a mantener nuestra actividad productiva industrial y nuestra cobertura social a nuestras empresas y nuestras familias, dentro de esa normalidad. Yo creo que eso es por lo que brindo. 

Hemos traído de Avilés -Ana nos sugirió que el regalo fuera dulce- nuestro Bollo de Pascua, que os recuerdo que sobre todo se toma el día del Bollo, en Pascua, y que se hace con una comida multitudinaria, el año pasado fuimos 20.000, a la que estáis invitados todos y todas, el próximo lunes de Pascua en Avilés, que es donde tomamos el Bollo que hemos traído de especialidad. 

Muchas gracias y buen año a todos.