Intervención de la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, en la recepción institucional a la delegación de San Agustín de la Florida. Centenario del inicio de las relaciones diplomáticas entre ambas ciudades
Salón de Recepciones del Ayuntamiento
Avilés, 9 de agosto de 2024
Fotografía de la alcaldesa durante su intervención
Difícilmente podía imaginar Pedro Menéndez, cuando el 8 de septiembre de 1565 desembarcó en San Agustín de la Florida, que estaba fundando la primera ciudad de lo que serían los Estados Unidos de América. Un país que acabaría asumiendo un papel decisivo en el devenir de nuestra era.
Nuestro hermanamiento como ciudades se inició en los sueños de ultramar de un grupo de marinos que, liderados por Pedro Menéndez, zarparon desde las aguas de la ría de Avilés para explorar un nuevo mundo. Y se consolidó entre el 7 y el 10 de agosto de 1924, cuando una delegación americana de veinte miembros, integrada por representantes institucionales, militares y personalidades civiles, se desplazaron a Avilés para tomar parte en los actos del traslado de los restos de Don Pedro Menéndez a un mausoleo en la Iglesia de San Antonio de Padua. Y el corazón de los avilesinos fue conquistado por nuestros hermanos y hermanas de San Agustín de la Florida.
Aquella visita de la delegación de San Agustín adquirió la importancia histórica de celebrarse en un momento especialmente complejo en las relaciones entre Estados Unidos y España.
Debemos recordar que el 1898 se firma el llamado Tratado de París, mediante el cual España cedía los territorios de Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam a Estados Unidos. Esto supuso un fuerte impacto social y político para España y el enfriamiento de las relaciones entre ambos países.
La visita de aquella delegación facilitó que España y Estados Unidos volvieran a estrecharse las manos, y se convirtió en la primera vez que una ciudad norteamericana enviaba una delegación al extranjero. Por todo ello, esta efeméride adquiere la condición de un acontecimiento de relevancia nacional para ambos países. Y le otorgamos este especial valor y reconocimiento pues excede de nuestra condición de ciudad.
Pocas ciudades pueden tener el honor de compartir en su historia un acontecimiento de esta relevancia, y por ello, a lo largo de estos cinco días vamos a recrear aquel inicio de las relaciones diplomáticas entre Avilés y San Agustín de la Florida, que fructificaría en el acta de declaración de hermanamiento de 1967.
Con la celebración de este centenario pretendemos recrear aquella primera visita de una delegación oficial. Y para ello contamos con la colaboración de aquellas instituciones y entidades que fueron testigos de actos celebrados en 1924.
Quiero destacar aquí la implicación de Asturiana de Zinc, Grupo Glencore, que colabora en este centenario y cuyas excelente archivo histórico, que tiene más de 100 años, visitaremos mañana.
También agradecer al Puerto de Avilés, que patrocina la exposición didáctica dedicada al centenario de nuestras relaciones como ciudades, y al Ayuntamientos de Santander -donde falleció nuestro insigne marino, y que el lunes visitaremos-, y especialmente al Ayuntamiento de Castrillón, que nos abre las puertas de la mina de Arnao, como hace cien años la delegación visitó las instalaciones de la Real Compañía. También al Ayuntamiento de Peñamellera Baja, de donde era oriundo el impulsor de aquel viaje, Ángel Cuesta Lamadrid.
Permítanme igualmente agradecer a la Asociación Filatélica Avilesina, a la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, y a todas las personas que a título individual están colaborando en la organización de este centenario. Una celebración que debe servirnos para seguir reforzando nuestro hermanamiento, nuestro conocimiento mutuo y nuestra colaboración. Siempre también con la sociedad civil como parte fundamental del engranaje de nuestro hermanamiento, y como gran valedora de las relaciones sociales, culturales y humanas sobre las que edificamos nuestro hermanamiento. Agradecer a la Asociación Pedro Menéndez y a Aunando Fronteras su inmensa colaboración, así como a la Sister Cities de San Agustín.
Este centenario contribuye a reforzar el conocimiento y el hermanamiento entre nuestros jóvenes, a fortalecer nuestros lazos como identidades culturales y a consolidar nuestra condición como pequeñas embajadas. Nuestro hermanamiento está presente en nuestra juventud, que fomentamos a través del programa de intercambio de estudiantes, que sin duda reforzaremos en nuevas acciones de colaboración educativas y formativas.
Una realidad cultural patente en nuestra condición de enclaves históricos y culturales que mantienen viva la historia de nuestros respectivos países y ciudades, y entrelazan nuestro pasado y nuestro presente con nuevas propuestas para el futuro.
Y la relevancia de nuestra condición de embajada de embajada cultural y comercial. Avilés es la puerta a Europa para San Agustín y San Agustín es la puerta a Estados Unidos para Avilés. Y debemos seguir potenciando nuestras relaciones comerciales, la fortaleza de nuestros tejidos productivos y la cualificación de nuestros jóvenes para que abran su vida a un mundo global en el que queremos seguir avanzando. En definitiva, nuestras ciudades son importantes embajadas en cada respectivo país.
Todos los alcaldes y alcaldesas asumimos el hermanamiento como un legado y una singularidad que nos identifica como ciudades -de ahí la presencia de algunos alcaldes y alcaldesas anteriores-, y un compromiso y una convicción que encontré desde el primer momento en la actual alcaldesa de San Agustín de la Florida, Nancy Sikes-Kline, plenamente consciente de la fortaleza y de la enorme oportunidad que para ambas ciudades supone este hermanamiento.
Muchísimas gracias, alcaldesa, por ese compromiso tuyo. Muchas gracias a todos ustedes por su atención. Feliz centenario a todos los avilesinos y avilesinas, y feliz aniversario a nuestros hermanos de San Agustín.
Muchas gracias.
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