Palacio de Ferrera
El Palacio del marqués de Ferrera, hoy convertido en hotel, es uno de los cuatro (junto con el municipal, el de Camposagrado y el de García Pumarino) que componen parte de la espléndida herencia barroca de la ciudad.
El Palacio de Ferrera (así es conocido en la ciudad) fue construido entre los siglos XVII y XVIII, en uno de los extremos de la plaza de España y ennobleció la salida hacia Grado por la calle Galiana, también de la misma época. Su emplazamiento conjugó arquitectónicamente su unión con la iglesia de San Nicolás de Bari, cuando ésta era aún convento de los Franciscanos.
Es un edificio de gran sobriedad, en el que destaca la irregular planta de su torre. A la plaza de España se abre su fachada principal, con balcones adintelados y el escudo de armas del marqués. La entrada principal, muy amplia, conserva un firme empedrado que facilitaba el acceso de carruajes a la mansión.
Pero lo que le da personalidad al edificio es su torre en escuadra, una de las más originales de la arquitectura civil asturiana. De cuatro plantas y coronada por un mirador con balaustrada de rejería, la torre se orienta hacia la plaza y dispara la fachada, en ángulo, hacia la iglesia de San Nicolás de Bari. Al costado surgen los Caños de San Francisco.
El interior del palacio tiene salones de una gran belleza, entre los que destaca la biblioteca, un considerable espacio rectangular que vierte, en una notable fachada con galerías hacia el interior del edificio, concretamente a un magnífico “jardín francés” que viene a complementar el gran parque público de Ferrera.
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