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Las obras de renovación del sistema de riego obligan a cerrar hoy jueves al público el Parque Ferrera. La necesidad de realizar continuas pruebas de funcionamiento de las nuevas instalaciones de aspersión se ha optado por cerrar al público la zona verde dado que afecta directamente a las zonas de tránsito peatonal, para evitar molestias y garantizar la seguridad.

Los técnicos confían en que sea suficiente con el cierre de mañana y no sea necesario ampliar dicho cierre. 

Esta obra del Parque de Ferrera forma parte de una actuación que contemplaba la renovación de más de 5 kilómetros de tuberías en seis parques de la ciudad. Al de Ferrera hay que añadir los de María Zambrano, El Carbayedo, La Magdalena, y Llaranes.

Respecto a las otras obras quedan las pruebas de presión interior de las tuberías del parque de Magdalena y esta prueba de funcionamiento de los sistemas de aspersión del Ferrera.

El resto de los parques están acabados. No obstante, aún se necesita que la meteorología mejore para el completo secado del terreno de manera que se puedan perfilar bien las concavidades y convexidades y que la mejora de la temperatura permita que germine la pradera en todo su esplendor.

Hay que recordar que las redes de riego de los parques de Avilés no habían sido objeto de obras en muchos años y presentaban numerosas fugas, de ahí que el Ayuntamiento destinara unos 150.000 euros a renovar parte de estas viejas tuberías.

Para la instalación de la nueva red se aplicó un novedoso método de excavación, nada frecuente, que cuida las raíces del arbolado y evita futuros problemas que condicionen tanto la estabilidad de los árboles como el mantenimiento de sus ramas, lo que podría provocar al cabo de los años tanto la caída del ejemplar entero como de ramaje. Está fase ya está ejecutada en todos los parques y tapadas las zanjas. 

En este procedimiento se utiliza una herramienta de aire comprimido en las zanjas excavadas en la llamada Zona de Protección de Raíces (ZPR), con la que se despeja o afloja el suelo, evitando así dañar las raíces, a diferencia de lo que sucede con las técnicas mecánicas. De esta forma, estas se pueden manipular, con cuidado debido a su fragilidad, y colocarse con seguridad bajo una superficie pavimentada o permitiendo el paso de las tuberías de riego entre ellas sin que sean seccionadas.

Estas ZPR y la excavación de aire comprimido se han ejecutado en más zonas de las esperadas con el objetivo de respetar la máxima integridad radicular estructural de los árboles, ya que los daños generados en las raíces suponen consecuencias importantes tanto desde el punto de vista vital como el de generar nuevos elementos de riesgo para el ciudadano ante posibles caídas. Es decir, se ha minimizado todo lo posible la generación de árboles peligrosos.