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Un nuevo año, a pesar de las dificultades impuestas por una pandemia que está infiriendo un cambio radical en nuestras formas de relacionarnos e incluso de producir, celebramos una nueva edición del Foro Solidario de Avilés. La solidaridad y nuestro compromiso colectivo por construir sociedades cohesionadas, y socialmente más equilibradas, es aún más importante en tiempos de dificultades.

La construcción de sociedades cohesionadas, además de ser una condición ética incuestionable, se convierte en un factor imprescindible para garantizar el progreso, social y productivo, de toda sociedad. La igualdad permite que todas las personas tengan la posibilidad de desarrollar plenamente todas sus capacidades, y de contribuir al progreso, social y económico, de la comunidad.

Un elemento fundamental para garantizar la igualdad es la protección de la salud. Por eso este año, motivados también por la difícil situación que atravesamos, y que pone especialmente de manifiesto el valor de la salud, abordamos el tercero de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles: "Salud y Bienestar", que describe la importancia de "Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades".

Y lo hemos hecho con un lema muy clarificador la "¡Sanidad universal = Equilibrio social!". Porque la salud es pilar fundamental  para la igualdad de oportunidades, del crecimiento de un territorio, y es pilar esencial del Estado del Bienestar.

Como decía, la pandemia evidencia la importancia de garantizar la universalidad del derecho a la asistencia sanitaria. Al drama de las muertes por Covid, y las consecuencias que deja en algunas personas enfermas, se suma el peligro del colapso del sistema sanitario.

Todas las medidas que se están tomando, a instancias de las autoridades sanitarias, pretenden evitar la propagación del virus, su incidencia en el menor número de personas y evitar el colapso sanitario.

Es importantísimo que todos y todas seamos muy conscientes de la necesidad de actuar con la máxima responsabilidad. Debemos superar esta situación lo antes posible para minimizar los efectos de la otra crisis que acompaña a la sanitaria, la crisis económica. Una crisis a la que también daremos respuesta con ayudas, de forma coordinada, con el resto de administraciones, a los sectores más afectados.

Tenemos un sistema sanitario dimensionado para responder con agilidad a situaciones de normalidad, y a incrementos puntuales de la demanda, ante situaciones de emergencia, ofreciendo una respuesta óptima del sistema.

Asturias siempre se ha distinguido por su alta calidad. En el último barómetro sanitario, presentado en 2019 por el Ministerio de Sanidad, Aragón y Asturias lideraban el nivel de satisfacción de la ciudadanía con su sistema sanitario con una nota media de 7,28 y 7,21 respectivamente, situándose la media del país en un 6,57.

El problema surge cuando se produce una pandemia de estas dimensiones. Cuando se decidió construir el nuevo Hospital Universitario Central de Asturias no fueron pocas las críticas por considerarla una obra faraónica. Hoy nadie pone en duda que aquella era una inversión fundamental. Así como las inversiones que contribuyeron a la modernización nuestros hospitales y centros de salud. Esa inversión nos está permitiendo responder en una situación de extrema dificultad.

Nuestro sistema sanitario no puede responder en solitario a esta pandemia. Garantizar la calidad y su respuesta eficaz depende de nuestra responsabilidad individual. No hay espacio para movimientos negacionistas, como tampoco para la irresponsabilidad individual.

Esta pandemia debe concienciar, de forma definitiva, de la importancia de la protección universal de la salud. Porque de su extensión nos beneficiamos todos.

Según los datos del programa de Naciones Unidas para el desarrollo, hoy en el mundo hay al menos 400 millones de personas que no tienen acceso a servicios de salud básicos, y el 40% carece de protección social. Revertir la situación es uno de los grandes desafíos de nuestra civilización.

Vivimos en una parte del mundo privilegiado, a pesar de las presentes dificultades. Por ello, debemos seguir reforzando nuestro sistema sanitario, y a la vez que ser una voz activa, reivindicativa y referente en el mundo.

Europa debe seguir siendo la brújula de la protección de los servicios públicos y del Estado del Bienestar. Y el sistema sanitario su principal seña de identidad. Porque sin salud es imposible garantizar la igualdad de oportunidades y, por tanto, impulsar modelos de crecimiento sostenibles y sostenidos en el tiempo. Ese es  un reto fundamental y por eso adquiere la condición del principal Objetivo de Desarrollo Sostenible.

Estoy segura que la presente edición del Foro Solidario de Avilés será de su agrado, podemos llegar a un mayor número de personas por su carácter de videoconferencia, y contribuir a que todos y todas tomemos conciencia de la importancia de que la salud se convierta en un recurso esencial y universal para todas las personas, con independencia de la parte del mundo en la que desarrollen su vida.

Muchas gracias por su atención y hoy, más que nunca, salud