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Es una gran oportunidad para nuestra comarca celebrar la II edición de la Jornada de Atención Sociosanitaria de Violencia de Género. Y digo oportunidad por la importancia que hoy adquiere la colaboración de todos los servicios públicos en la protección y la atención de las víctimas de violencia de género. Una labor en la que yo creo que destacamos como comarca, y es un mandato fundamental de la Ley Integral Contra la Violencia le Género.

Especialmente en estos momentos en los que, a la vez que la violencia de género es una realidad presente y latente, resurgen las voces de quienes abanderan una postura negacionista frente a la violencia machista. Lo que envalentona a los agresores y desprotege a las victimas.

Frente a esta realidad debemos recordar la importancia de aquel 28 de diciembre de 2004 en que el Congreso de los Diputados aprobaba la Ley Integral Contra la Violencia le Género.

Una ley pionera en el mundo que ha sido modelo para otros muchos países. Hoy nos olvidamos de los avances que supuso. Aquella ley dio pasos fundamentales en la protección de las victimas. La primera: convertir la violencia de género en delito. Conviene recordar la posición de la que partíamos.

La ley permitió la creación de más de 400 juzgados, con competencias civiles y penales, dedicados a la lucha contra la violencia de género (al menos uno por cada partido judicial). Se creó la figura del fiscal contra la violencia de género como delegado del fiscal general del Estado, para intervenir directamente en aquellos procesos penales y civiles de especial trascendencia.

Y endureció las penas, incorporando entre otras la pena de cárcel para los maltratadores. Porque, como decía, antes de esta Ley el maltrato era considerado un conflicto doméstico, no penado. Y de esto sólo hace 14 años.

La ley incorporó la creación de las unidades especializadas en el Cuerpo Nacional de Policía y en la Guardia Civil, y la cooperación de las policías locales. Además los cuerpos nacionales pasaron a participar en los planes de colaboración integral entre todas las Administraciones. Y se incorporan los módulos de igualdad y no discriminación en los cursos de formación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, con lo cual también se impregnaron del conocimiento de esta realidad tan opaca hasta el año 2004.

Avilés ha sido una ciudad ejemplar en esta materia. La constitución de la Comisión Técnica para la Coordinación de actuaciones y el seguimiento de la Violencia de Género en Avilés, incorpora todos los servicios que trabajan de forma conjunta en la protección de las víctimas.

En esta Comisión Técnica están presenten todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado Nacional y Local, la Fiscal del Área de Avilés, la Unidad de Coordinación contra la violencia de género de la Delegación de Gobierno, los Servicios Sociales Municipales, la Psicóloga del Servicio de Salud del Área Sanitaria III y el Centro Asesor de la Mujer.

Servicios que se han volcado en esta realidad, y que trabajan en colaboración con el Centro Asesor de la Mujer ofreciendo atención jurídica y asesoramiento gratuito de las mujeres, la casa de acogida y el piso tutelado que desarrollan una labor fundamental en la asistencia y recuperación de las víctimas, o el programa de Teleasistencia para las víctimas. Hoy Avilés tiene 124 mujeres bajo alguna medida de protección que, gracias a esa colaboración, se sienten seguras.

La Ley Contra la Violencia de Género también supuso importantes avances en derechos laborales, con el reconocimiento a la víctima el derecho a la reducción del tiempo de trabajo, a la movilidad geográfica, o a la suspensión de relación laboral con reserva del puesto de trabajo.

E importantes avances en materia sanitaria, como el desarrollo de

• Programas de sensibilización y formación de personal sanitario;
• Protocolos sanitarios de actuación para la prevención, la detección precoz y la intervención continuada, contando con la colaboración de la Administración de Justicia;
• Creación de una Comisión, en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, encargada de apoyar técnicamente, coordinar y evaluar las medidas sanitarias establecidas en la Ley.

Además la Ley introducía la educación como mecanismo esencial para luchar contra la violencia de género. En Avilés incorporado la coeducación de nuestros centros educativos, con programas como "Educando los buenos amores" que otorga a nuestros jóvenes las herramientas necesarias para detectar cualquier situación de violencia de género.

La Ley incluía la creación del Observatorio Nacional de Violencia sobre la Mujer como centro de análisis de la situación y evolución de la violencia sobre la mujer. Un observatorio que debe permitirnos avanzar en el desarrollo de la ley, e implementar nuevos programas de prevención.

La ley ha permitido y permite que muchas mujeres hayan podido recuperar su vida y su libertad. Esto es muy importante, y hay que darnos cuenta de ello, porque es cierto que si el Código Penal no ha evitado, a lo largo de los más de cien años que lleva en vigor, que siga habiendo asesinatos, nuestra Ley tampoco ha podido evitar que este año llevemos medio centenar de mujeres asesinadas.

Pero sí es verdad que gracias a la Ley muchísimas mujeres no han perdido la vida, y otras muchas más han recuperado su vida, la han podido volver a gobernar y han conseguido tener un proyecto de vida autónomo y libre de violencia. Es muy bueno reconocerlo después de estos años y después de todo este proceso, sobre todo porque vienen ataques fuertes.

Así que poner en entredicho la ley es negar el derecho a recuperar la vida de todas estas mujeres. Para eso que no cuenten con nosotros, y cuando digo nosotros me refiero a un plural amplísimo en la comarca de Avilés.

Antes de terminar quiero decir que hoy contamos con una de las personas que cuando fui ponente de la Ley más me ayudaron a conocer y profundizar en este problema, que es Miguel Lorente. Es uno de los grandes expertos en el ámbito internacional y le agradezco muchísimo que se haya podido acercar a esta jornada, y quiero terminar ya para escucharlo atentamente.

Muchas gracias por su atención.