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Equality
Manifiesto del Consejo Municipal de la Mujer de Avilés Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres 25 de noviembre de 2024
25 nov. 2024
Fue leído por Ana Belén García Losada, Representante de la Secretaría de la mujer en la Unión Comarcal de Comisiones Obreras de Avilés, en el acto conmemorativo que ha tenido lugar este mediodía ante el Ayuntamiento


Lectura del Manifiesto del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres ante el Ayuntamiento

La violencia contra las mujeres y las niñas es la máxima expresión de la violación de los derechos humanos en el mundo y una amenaza constante sobre los derechos básicos de la mitad de la población. Desde el Consejo Municipal de la Mujer de Avilés, con motivo de la conmemoración del 25 de noviembre, reafirmamos nuestro compromiso de sensibilizar y concienciar a la sociedad sobre la erradicación de las violencias machistas.

En este contexto alarmante, en nuestro país, 39 mujeres han sido asesinadas este año a manos de su pareja o expareja. Además, 24 menores han quedado huérfanos o huérfanas por violencia de género. Desde el 1 de enero de 2003, la cifra total asciende a 1.283 mujeres asesinadas y 462 menores huérfanos o huérfanas.

A nivel local, en Avilés, 154 víctimas cuentan con seguimiento policial de protección, Todas tienen órdenes de alejamiento o medidas de protección judicial. En lo que va del año, el Centro Asesor de la Mujer ha atendido alrededor de 954 consultas, más de la mitad de las cuales están relacionadas con la violencia de género. Este número revela la necesidad de seguir visibilizando y abordando el problema.

Este año se cumplen 20 años de la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, un hito que ha impulsado avances significativos en la lucha por la igualdad y la protección de las víctimas. La creación de la Unidad de Valoración Forense Integral de Violencia de Género de Avilés (ha sido una reivindicación histórica en este consejo municipal de la mujer), es un ejemplo de estos avances, ya que permite agilizar la acreditación de maltrato psicológico, sexual y físico, así como la evaluación del riesgo de reincidencia del agresor.

Para combatir esta problemática, el primer paso debe ser la coeducación de niños y niñas. Es fundamental ofrecer una adecuada  educación afectivo-sexual, no podemos dejar que nuestros jóvenes tomen como modelo la pornografía, la normalización de la prostitución o la violencia sexual. La trata con fines de explotación sexual es la violencia más extrema que se puede ejercer contra las mujeres. Debemos proporcionar herramientas que les permitan detectar nuevos tipos de violencia, como las que pueden surgir en redes sociales o mediante el uso indebido de datos personales e imágenes. 

Es fundamental entender que la violencia no tiene cultura; es estructural y patriarcal, y siempre está en manos de quienes la ejercen. No podemos permitir que la pertenencia a la cultura gitana sea atenuante en sentencias judiciales, especialmente como el caso ocurrido a dos niñas gitanas que han sufrido agresión sexual. Esto se agrava cuando las víctimas de violencias sexuales provienen de entornos donde se perpetúan roles que relegan a las mujeres, en especial en el ámbito privado y familiar.

Queremos visibilizar a las mujeres con diversidad funcional que se enfrentan un mayor riesgo de sufrir violencia machista, debido a un doble factor de vulnerabilidad e invisibilidad. Su acceso a la denuncia y a los recursos es más complicado, y los estereotipos existentes hacen que su relato sobre la violencia de género sea menos creíble.

En las zonas rurales, la situación es aún más compleja. Las mujeres víctimas de violencia machista, al estar más aisladas, enfrentan mayores dificultades para hablar sobre lo que les sucede. La falta de redes de apoyo y el acceso limitado a recursos hacen que asuman la violencia como algo privado y lo normalicen.

Para abordar esta problemática de manera efectiva, es crucial destinar los suficientes recursos en juzgados y centros sanitarios para realizar una atención adecuada a las víctimas de violencia de género.

Además, debemos promover la denuncia para romper el silencio y la invisibilidad que rodean el acoso en el ámbito laboral. Acompañar a las víctimas en todos los procesos es esencial. Las empresas y Administraciones deben implantar protocolos de prevención y tratamiento contra el acoso, así como negociar medidas de formación en contra de la violencia sexual.

Finalmente, en un día como hoy, hacemos una llamada a toda la ciudadanía para que actúe denunciando cualquier forma de violencia ejercida contra las mujeres, no podemos permanecer en silencio ante el maltrato. Levantar la voz y actuar con empatía, sin juzgar, fortalece una red de protección que muchas mujeres necesitan para escapar del ciclo de la violencia. Juntas, construimos un entorno donde la dignidad, el respeto y la justicia sean derechos garantizados para todas.

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