Cultura
Noel Gómez, Carla Fernández, Martín Peña y Raúl Clavero, ganan el IV Concurso de Microrrelatos "Día del Libro"
23 abr. 2024
Las y los galardonados recibirán un diploma y un lote de libros en un acto presidido por Yolanda Alonso, concejala de Cultura de Avilés.

 

Esta mañana se ha fallado el IV Concurso de Microrrelatos "Día del Libro", organizado por la Red de Bibliotecas Públicas Municipales de Avilés. Han obtenido el galardón Noel Gómez García, en categoría de 6 a 8 años; Carla Fernández Molina, de 9 a 12; Martín Peña Alba, de 13 a 18, y Raúl Clavero Blázquez, en mayores de 18 años.

Componían el jurado Begoña Mediavilla, técnico especialista en biblioteca de la Biblioteca de Tecnología y Empresa de la Universidad de Oviedo; Elma S. Vega, escritora; Gloria Sánchez, auxiliar de biblioteca de la Biblioteca Bances Candamo; Montserrat Machicado, responsable de la Estaya de la Llingua del Ayuntamiento de Avilés; y actuando como secretaria, sin voz y sin voto, Teresa Pasarín, bibliotecaria de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Avilés.

Se presentaron un total de 78 microrrelatos de los cuales 12 no fueron admitidos, al no cumplir los requisitos establecidos en las bases. La mayoría de los textos enviados al concurso proceden de Avilés y municipios limítrofes, pero también llegaron desde lugares como Madrid, Barcelona y Vigo, entre otros.

En la categoría de 6 a 8 años fueron admitidos cuatro relatos, resultando vencedor "El hada de los cuentos", de Noel Gómez García, presentado bajo el seudónimo de León.

En la de 9 a 12 años fueron admitidos siete, imponiéndose "Un libro, una aventura", de Carla Fernández Molina, con el seudónimo de Orquídea.

Cinco fueron admitidos en la categoría de 13 a 18 años, con triunfo de Martín Peña Alba por su "Igual mañana somos nós", bajo el seudónimo de Canor Braña.

Finalmente, 50 entraron a concurso en la categoría de mayores de 18 años, obteniendo el galardón Raúl Clavero Blázquez, con "Ojos que no leen" y seudónimo Patay.

Entrega de premios

La entrega de premios tendrá lugar el martes 7 de mayo, a las 18.00 horas, en la Biblioteca Bances Candamo y contará con la asistencia de la concejala de Cultura, Yolanda Alonso Fernández. Las personas galardonadas recibirán un diploma y un lote de libros.

 

MICRORRELATOS GANADORES

Categoría de 6 a 8 años. "El hada de los cuentos", de Noel Gómez García

Xana, el hada de los cuentos, iba a leer un libro sobre el espacio que hablaba de los planetas y la galaxia cuando escuchó un ruido y algo muy extraño pasó en su habitación. Apareció delante de Xana un alienígena venido de uno de los planetas del cuento que estaba leyendo y que quería robarle el libro.

Ella le pidió que se lo devolviera porque para Xana era muy importante. Le explicó al alienígena que los libros son un tesoro que tenemos, que nos ayudan a aprender cosas, hay libros divertidos que nos hacen reír, libros de aventuras con los que viajamos a otros lugares, y libros para todas las edades, niños y mayores.

El alienígena que se llamaba Rik, escuchando a Xana lo entendió y le devolvió su tesoro. Y Xana le propuso un plan que no podía rechazar: quedarse con ella acabando de leer el libro del espacio donde se contaban detalles del planeta Marte en el que vivía Rik.

Rik y Xana se hicieron buenos amigos a partir de entonces, y colorín colorado, este cuento se ha acabado y esperamos que os haya gustado.

 

Categoría de 9 a 12 años. "Un libro, una aventura", de Carla Fernández Molina

Nací en una pradera. Soy, en efecto, un árbol. Todas las tardes mis hermanos y yo jugábamos, disfrutando con nuestros amigos, el sol, la lluvia y el viento.

El tiempo pasó. Nos hicimos mayores, nos talaron y transformaron en papel. Unos viajamos en el mismo paquete de hojas. Otros en otro. Estuve en el paquete de hojas un tiempo, en donde hice buenos amigos y nos contábamos de donde veníamos.

Más tarde el paquete donde yo estaba y otros muchos, fuimos a parar a una imprenta. ¿Y sabéis lo que paso? Unos preciosos dibujos y un trocito de una historia que un día una niña imaginó en su casa se imprimieron sobre mí. Y así fue como conocí a mis mejores amigas: las letras. También otras hojas se hicieron muy buenas amigas mías. Y juntas nos transformamos en un cuento.

Nuestro viaje terminó cuando el bibliotecario de Avilés vio una foto nuestra por Internet y compró el libro para la biblioteca. Y así nos fuimos todos a explorar lo que era el mundo. Cada semana podríamos viajar con un niño a su casa o ir con él y su familia de vacaciones. ¡Todo un viaje emocionante!

 

Categoría de 13 a 18 años. "Igual mañana somos nós", de Martín Peña Alba

Toi sola, nel mio catre. Toi pensando qué faigo equí, hai ya diez años que´l mio home finó. Toi arrodiada de xente que nin me conoz nin me comprende. ¿Cuál ye´l sentíu de ser una mota polvu ente tantes d´esta sociedá?, magar esta entruga nun ye correuta, nun soi una mota polvu más, soi una mota polvu inorada, como tantes qu´hai nesti país. Tengo 78 años y muncho qu´ofrecer. Cola pensión, esa qu´algamé dempués de tantos años trabayando “en negru” nun me da pa vivir. La sociedá escaéceme. Soi una d´eses tantes persones mayores que vive en soledá, y namás pido compaña, daquién pa cunta-y les mios hestories, pero nadie puede, tan toos ocupaos col móvil. A mín namás que me queda aguardar a que daquién me faiga casu, a tener más perres y poder colar d´equí a un llugar onde se valore´l mio conocimientu, o aguardar a la mio muerte; nunca me vagó aguardar, asina qu´una d´estes tres opciones voi adelantala. Cuando daquién llea esto, pensará que ye una carta de suicidiu, pero non, ye una denuncia y una reivindicación por toes les que tán na mio situación, el llibru de mio vida. Suerte, collacies.

 

Categoría de mayores de 18 años. "Ojos que no leen", de Raúl Clavero Blázquez

Me sentí perdido en mitad de la noche, atrapado en aquel barrio de San Francisco en el que ya habían muerto siete turistas despistados. Habría podido jurar en ese momento que aún se escuchaban sus gritos flotando en el aire, retorciéndose junto a los contenedores como promesas en las comisuras de los labios, perdiéndose entre las ratas más allá de las alcantarillas. Con la punta de mis dedos rozaba los restos de la sangre ajena, y la mía, veloz y palpitante, amenazaba con abandonar mi cuerpo. Entonces apareció. Su silueta recortándose contra la luz de una farola, la sonrisa metálica y rutinaria, los pasos profundos, como clavos penetrando en un ataúd.

-Serás el número ocho – dijo.

El terror me dominaba, no era capaz de hacer otra cosa más que verlo avanzar, y cuando por fin se abrió el gabán y asomó en su puño el filo de un machete, me rendí, cerré el libro y dejé de leer.

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